Cuando hablamos de ventilación industrial y extracción de polvo, uno de los puntos más importantes es calcular bien el CFM (pies cúbicos por minuto) y la velocidad de aire.
Un cálculo incorrecto significa dos cosas:
- Gasto de energía innecesario.
- Un sistema que no atrapa el contaminante y pone en riesgo a los trabajadores.
La buena noticia es que existen rangos y tablas de referencia que facilitan el diseño.
 
															¿Qué es el CFM y por qué importa?
- El CFM mide el volumen de aire que un sistema mueve en un minuto.
- Es la base para dimensionar colectores de polvo, ductos y ventiladores.
- Si el CFM es insuficiente → el polvo se acumula.
- Elemento de lista nº3
Velocidades recomendadas según proceso
Procesos con polvo ligero
Ejemplo: madera, harina, papel.
• Velocidad recomendada: 60 – 100 pies/minuto.
Procesos con polvo medio
Ejemplo: plásticos, granos, mezclas secas.
• Velocidad recomendada: 100 – 200 pies/minuto.
Procesos con polvo pesado o metálico
Ejemplo: esmerilado, fundición, soldadura.
• Velocidad recomendada: 200 – 400 pies/minuto.
(Estos valores son ilustrativos, en la práctica se ajustan a cada industria y contaminante específico.)
 
															Errores comunes al calcular el CFM
- Usar fórmulas genéricas sin considerar el proceso real.
- No medir la concentración de contaminantes.
- No contemplar pérdidas de presión en ductos y filtros.
- No contemplar pérdidas de presión en ductos y filtros.
El cálculo de CFM no es un simple número, es la base de un sistema eficiente y seguro. Con los datos correctos, logras aire limpio, ahorro de energía y cumplimiento de tus metas de producción.
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